viernes, 21 de enero de 2011

Tlaxcalancingo

Por ABRHAM OSORIO GARCÍA.
7o 03 DICEA

Ubicado a 20 minutos de la Ciudad de Puebla en los límites de ésta y el municipio de San Andrés Cholula, el pueblo de San Bernardino Tlaxacalancingo encierra un pequeño pero valioso legado cultural que data desde la época de la Colonia dentro de un contexto social-religioso que se ha mantenido en pie hasta nuestros días.
Se sabe que, como lo dice Mercedes Olivera, los primeros pobladores vinieron de Tlaxcala, principalmente de San Bernardino Contla y Xicotzingo junto con otros muchos indios tlaxcaltecas para el servicio de la Ciudad de Puebla, "cuando ésta se pasó de Tlaxcala a donde ahora está."

Asimismo, Tlaxcalancingo cuenta con una estructura religiosa con características disímiles, resultado de un complicado proceso de aculturación, tanto de las formas prehispánicas y de las europeas, como de las coloniales y las modernas que constantemente se expanden de los centros urbanos. (Olivera, 1957)
Religiosamente, hay dos organizaciones bien definidas: la Fiscalía, que opera en la parroquia del pueblo dedicada al Santo Patrón San Bernardino de Sena, y abarca a todo el pueblo en conjunto; y la de los Mayordomos, ligado a los barrios a través de los cuales (y de manera rotativa) las fiestas religiosas importantes de Tlaxcalancingo son realizadas. Para la gente de este bello pueblo es muy importante la participación dentro de estos cargos ya que lo consideran como una obligación para con el pueblo. Y así podemos observar que la organización religiosa está directamente relacionada con la división en barrios (misma estructura que data de la época prehispánica sólo que se les llamaba calpullis), mismos que están repartidos dentro de las 760 ha. que conforman el pueblo y son seis: Barrio de Galiotitla "el primero", Barrio de Santiago Cuayantla, Barrio de Santiago Xicotzingo, Barrio de San Diego Xochiltepec, Barrio de Santa María Tecmanitla y el Barrio de Santa María Xinachtla.

En verdad les recomiendo visiten este pueblo porque aquí encontrarán tradiciones que vemos en otras comunidades nahuas (como el baile del guajolote en las bodas) y realmente, Tlaxcalancingo representa una conexión con nuestras raíces indígenas y su supervivencia a la ola moderna que ya ha entrado a este pueblo.
Para profundizar más: Olivera de Vázquez, Mercedes. "Tlaxacalancingo" INAH. México, 1967. 80 pp.

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